Publicado 15-05-2021
La imagen es tan sugerente como sobrecogedora. Más de un millar de velas iluminaban los viñedos. No, no se trataba de ninguna performance o de actividad cultural a la luz del fuego. Nada más lejos de la realidad.
Las últimas tecnologías y un elemento ancestral como el fuego se dan la mano para prevenir la posible caída bajo cero de las temperaturas y un daño irreparable en las cepas, que se encuentran en pleno periodo de brotación.
Las velas encendidas ayudan a calentar las capas más bajas de aire, las más cercanas a las plantas, que es el lugar donde se instalan las heladas más perjudiciales. Al calentar estas capas se protege las vides y se evitan los daños en las plantas.
Las velas están clasificadas como producto no peligroso y biodegradable por lo que es respetuoso con el medio ambiente y durante su combustión no se producen vapores nocivos.
La tradición de usar el fuego ya se utiliza desde hace largo tiempo en la comarca vitivinícola francesa de Borgoña, y en los viñedos de Argentina.
En todos los lados del mundo, los viticultores se ven obligados a vigilar las viñas para prevenir las tan dañinas heladas, sobre todo durante las últimas jornadas de abril y parte de mayo porque son las más peligrosas.
Según los artículos publicados por revistas especializadas en España el máximo representantes de esta técnica es la Bodega de Pago de Carrovejas, y su máxima es "El vino se hace en el viñedo".
¿Sabías que se realizaba esta técnica para prevenir las heladas? Cuéntanos qué te ha parecido en los comentarios, estamos deseando leerte.